jueves, 16 de abril de 2015

Banalización




Uno se levanta y se da cuenta que es algo así como un alíen. Que no encaja, pero en ningún lado, y por eso uno termina muy sorprendido, quizá con algo de razón, quizá no.

Y uno entra a Facebook o a Twitter y entonces llega la certidumbre de que algo no encaja.

Prendemos la radio y escuchamos que una de las personas más influyentes del mundo es Kim Kardashian. ¿Y por qué?  Porque, como dice Zuleta, “puede equilibrar una copa en el culo”.  

Y los anti sistemas son todavía peores: Ateos “por moda” (que algunos piensan que es positivo y propositivo, pero como toda moda, es algo arbitrario y pasajero y no son capaces de verlo), Hípsters pretenciosos, Animalistas que aplauden el odio a la humanidad y claman por crueles torturas a cualquiera que no ame un “Perrithu”, Izquierdistas que tienen un océano de conocimiento con un centímetro de profundidad…

¿Por qué esta banalización del mundo?

Evidentemente, porque lo instantáneo es lo de hoy. Comida instantánea, de dudoso contenido nutricional va de la mano de información instantánea, que se difunde primero y se analiza después. Porque es mucho más fácil twittear compulsivamente que pasarse un rato buscando si es esa cita de X verdadera.

La respuesta a la banalización es otro tipo de banalización. Es abrazar tendencias anticientíficas y misticoides: Cábala, Auroterapia, Holística, Homeopatía, Spirit Science…

No creo tener ninguna respuesta a esta moderna banalización de cada aspecto de la vida. Solo me queda sorprenderme mientras, por ahora, nada se puede hacer de mi parte excepto seguir diciendo que el Emperador va desnudo.

Y parece que muy poquitos en verdad lo notan.



No hay comentarios:

Publicar un comentario